Han pasado varios años desde mi última entrada y he de contarles que muchas cosas han cambiado... Empecemos con la noticia de que forme mi propia familia. Tengo a 2 pequeños infantes que hacen que mis días sean de todo menos aburridos, sus nombres son Oliver e Issei, tienen 5 y 4 años. Oliver tiene una personalidad particular, se parece mucho a mi, es cariñoso y muy habil y artístico, aunque he de confesar que el como mi primer hijo fue todo un reto, tiene un trastorno que le dificulta hablar, pero no crean que eso lo detiene de hacer amigos y darse a entender en la escuela y la vida. Issei es el pequeño, el sin duda resultó ser la versión mini de se padre, con un carácter fuerte, más reservado al momento de hacer amigos, muy inteligente, a el si que se le ha dado muy bien la escuela, eso si, no le encantan los deportes pero quiere ir a clases para ser ninja. Por último pero no menos importante mi pareja, el compañero que ha estado conmigo en las buenas y las malas, sacandom
"Puede que no sepas que hacer, puede que te desesperes, pero también... puede que si lo analizas, des con la respuesta" Hay tantas veces que no sabemos que hacer, que terminamos engañándonos a nosotros mismos con una respuesta equivocada, que para nosotros en nuestra terquedad es correcta. Eso es lo que me paso a mi al momento de querer elegir lo que quería hacer con mi vida, en la decisión más importante de mi vida, el escoger la carrera que estudiare en la Universidad. En la entrada anterior les dí a conocer mis sueños, lo que me apasiona, lo que es imaginario. Para poder realizar mis sueños necesito de una base, por lo mismo he decidido que estudiare antes de poder cumplir mis sueños. Sin duda alguna yo me engañe mucho tiempo diciendo; "Seré Ing. Civil", "Me gustan las materias que llevaré", "Se me facilitan esos campos de estudio", "Seré feliz ejerciendo esa profesión"... Pero realmente no era así